Jugar con fuego, de Pinilla y Valverde, candidato a los Grammy Latinos

Con motivo de la nominación de Jugar con fuego, el disco que une poesía y flamenco en la voz de Juan Pinilla y la palabra de Fernando Valverde, Valparaíso Ediciones ha emitido la siguiente nota de prensa, que podéis leer aquí.
NOTA DE PRENSA

El disco ‘Jugar con fuego’, de Juan Pinilla y Fernando Valverde, nominados a los premios Grammy latinos

El disco ‘Jugar con fuego’, del cantaor Juan Pinilla (1983) y el poeta Fernando Valverde (1980) , ha sido nominado como uno de los cinco finalistas a ‘Mejor Álbum de Música flamenca del año’ para la 15 edición de los Grammy Latinos, que se entregarán en una gala el 20 de noviembre próximo en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, desde donde será retransmitida en directo por la cadena Univisión.

‘Jugar con fuego’, editado por Valparaíso Ediciones, ha sido elegido para estos premios, junto al disco ‘Alchemya’, de Juan Carmona, ‘Canción andaluza’, de Paco de Lucía, ‘Morente’, de Enrique Morente, y ‘Fatum’, de Rosario La Tremendita.

Según explica el propio presidente de La Academia Latina de la Grabación, Gabriel Abaroa, en la web de los Latin Grammy (http://www.latingrammy.com), para el 15 aniversario de los galardones se recibieron “más de 10.000 grabaciones”, que son revisadas por grupos de expertos en las distintas categorías y que en la fase final de la selección son designadas por comités nacionales conformados por miembros votantes de la Academia tanto de los Estados Unidos como de Latinoamérica.

Tras conocer la noticia, Pinilla ha dicho sentirse “absolutamente abrumado”, máxime cuando ‘Jugar con fuego’ “se encuentra al lado de figuras como la del gran Paco de Lucía o el maestro Enrique Morente”. Además, ha querido destacar la presencia del flamenco en los Grammys y “cómo poco a poco nuestra música se ha ido abriendo hueco en los premios más mediáticos de la música latina”.

“Para mí es algo que no esperaba en absoluto, que me coge por completo de sorpresa, pero que supone una ilusión tremenda por el cariño que le pusimos a Jugar con Fuego”, señala el cantaor, que considera que el mero hecho de la nominación es ya para él “un gran reconocimiento”. “Sólo puedo expresar mi enorme alegría y compartirla con mis compañeros de proyecto”, ha indicado.

Valverde, que puso letra a las canciones del álbum, coincide con Pinilla en que la nominación ha sido “una sorpresa enorme”: “Uno no puede imaginar tener tanta suerte al lado de Paco de Lucía o Enrique Morente”. El poeta cree que esta nominación es algo merecido sobre todo para el trabajo de Juan Pinilla, que “tiene un gran talento que la mayoría de la gente no ha visto”. “Tiene una voz y una sensibilidad para transmitir emociones que pocas veces he visto en un intérprete”, ha dicho.

El director de Valparaíso Ediciones, Javier Bozalongo, también ha mostrado su alegría por la nominación de un disco que reúne poesía y flamenco y que además es el primero de la colección de música de la editorial. “Jugar con fuego reúne al mejor poeta de su generación con una voz privilegiada del nuevo flamenco”, ha mantenido.

El disco-libro, que se terminó de grabar el 4 de diciembre del pasado año en los Estudios de FJR de Granada, contó con la producción de Enrique Bjeta, y recopila algunos de los mejores poemas de Valverde que han sido adaptados por su autor para la música compuesta por Juan Pinilla, que los interpreta junto al guitarrista David Caro.

Se trata de un trabajo de fusión entre la poesía y el flamenco que se gestó hace años durante un viaje a Italia, y que incluye un total de 12 poemas, entre ellos ‘Celia’, ganador del Premio Antonio Machado, y otros de libros anteriores de Valverde, como ‘La caída’, ‘La apariencia’ o ‘El lago’, algunos de los cuales son recitados en el disco por el autor. Además, varias de las canciones del álbum fueron escritas específicamente para este trabajo, como es el caso de ‘Revolución’, un poema que tiene como fondo la actual situación social de España y la «apatía» de muchas personas ante las “injusticias y los abusos de poder”.

‘Jugar con fuego’, que cuenta además con la colaboración de Agustín Puertas, al bajo, Josué Heredia ‘Cheíto’, en percusiones, y de Fernando Romero, en las mezclas, se ha convertido también en un espectáculo de flamenco y poesía que se llevará a escenarios de México y Centroamérica en próximas fechas.
Juan Pinilla (Huétor Tájar, 1983) obtuvo en 2007 la Lámpara Minera, considerado el galardón flamenco más importante en la actualidad. Su último trabajo es ‘Las voces que no callaron’ (Atrapasueños), en el que se adentra en el cante de los flamencos que lucharon por la libertad durante la dictadura franquista. Está considerado como una de las máximas figuras del flamenco en su generación.
Fernando Valverde (Granada, 1980) se ha convertido en una de las voces de la poesía española con más proyección internacional. Sus poemas se han publicado en Argentina, México, Colombia, Perú, Chile, Nicaragua, El Salvador, Estados Unidos, Bolivia, Ecuador o Italia, entre otros países, y han sido traducidos a numerosos idiomas. Ha obtenido importantes premios como el Antonio Machado o el Emilio Alarcos del Principado de Asturias. Actualmente, ejerce de profesor de Literatura española en la University of North Georgia, en Estados Unidos.
Tres de sus libros, ‘Razones para huir de una ciudad con frío’, ‘Los ojos del pelícano’, y su último trabajo, ‘La insistencia del daño’, que se encuentra entre los libros de poesía más vendidos del país, están publicados en la prestigiosa editorial Visor.

Jugar con fuego

La noticia de la nominación de «Jugar con fuego», el disco de Juan Pinilla y Fernando Valverde que une poesía y flamenco no deja de repetirse en los medios. Aquí os dejamos un nuevo enlace. 

“Jugar con fuego”, de Juan Pinilla y Fernando Valverde candidato a los Grammy latinos.

El disco “Jugar con fuego”, del cantaor Juan Pinilla y del poeta Fernando Valverde, ambos granadinos, ha sido elegidos como uno de los cinco finalistas a Mejor Álbum de Música Flamenca del año para la decimoquinta edición de los Grammy Latinos. Editado por Valparaíso Ediciones, el disco-libro “Jugar con fuego” ha sido elegido para estos premios junto al disco “Alchemya”, de Juan Carmona, “Canción andaluza”, de Paco de Lucía, “Morente”, de Enrique Morente, y “Fatum”, de Rosario La Tremendita.

Los premios se entregarán en una gala que tendrá lugar el próximo 20 de noviembre en el Grand Garden Arena de Las Vegas, ha informado hoy Valparaíso Ediciones en un comunicado.

El cantaor Juan Pinilla, que dice sentirse “abrumado” con la elección, ha subrayado la presencia del flamenco en los Grammys y “cómo poco a poco esta música se ha ido abriendo hueco en los premios más mediáticos de la música latina”.

Valverde, que puso letra a las canciones del álbum, ha resaltado el trabajo de Juan Pinilla por su “sensibilidad para transmitir emociones”, mientras que el director de Valparaíso Ediciones, Javier Bozalongo, ha dicho que “Jugar con fuego” reúne “al mejor poeta de su generación con una voz privilegiada del nuevo flamenco”.

El disco-libro, que se terminó de grabar el pasado 4 de diciembre en los estudios de FJR de Granada, contó con la producción de Enrique Bjeta, y recopila algunos de los mejores poemas de Valverde que han sido adaptados por su autor para la música compuesta por Juan Pinilla, que los interpreta junto al guitarrista David Caro.

Se trata de un trabajo de fusión entre la poesía y el flamenco que se gestó hace años durante un viaje a Italia, y que incluye un total de 12 poemas.

Fuente: http://www.radiogranada.es/2014/09/28/jugar-con-fuego-de-pinilla-y-valverde-candidato-a-los-grammy-latinos/

Una lectura de Tributo de Caronte, por T.Gan

La palabra como salvoconducto, una lectura de “Tributo de Caronte”

Trinidad Gan

Ya en su primer libro Fiera venganza del tiempo, con el que en el año 2005 consiguió el prestigioso premio Adonáis,  Carlos Vaquerizo nos sorprendía con la gran madurez de su escritura, tanto desde el punto de vista formal (impecable verso, variedad en el uso de estrofas, reelaboración de las tradiciones literarias) como por el calado filosófico y emocional que  los poemas desplegaban en aquellas páginas.

Este libro era el paso inicial de una tarea poética centrada en describir el viaje humano,   sus orillas cercadas por ciudades o abiertas a la naturaleza, pero siempre propicias al encuentro con los otros. Y el poeta afrontaba allí esa tarea afirmando la certeza de lo vivido pero también con la incertidumbre que da la dificultad de anotar fielmente cualquier realidad. Así podíamos leer su duda cuando nos confesaba: “Arrecifes, hallazgos cuando buceo tan dentro / que no conozco al hombre / que me impulsa a escribir”.

Deseos y luchas que le llevaban a concluir aquel poemario escribiendo: “…vientos nos conducen/a escribir en los libros y en la vida / la percusión del tiempo y el espanto / de sentirse llevar y la esperanza / de llegar a buen puerto, cualquier día”.

A ese puerto nos acercan ahora los poemas que Carlos Vaquerizo ha recogido en su  libro Tributo de Caronte, con el que ha sido ganador del primer Premio Internacional de Poesía Ciudad de Almuñécar.

En sus páginas nos va mostrando, poema a poema, igual que al paso de la luz de un faro, los territorios por donde transcurre nuestra existencia, usando como salvoconducto la reflexión y como equipaje el recuerdo, la evocación de lo pasado que aquí se transforma en regalo del tiempo, lo que ya nos advierte el poeta en el primer poema, Pórtico I, donde escribe: “se nos otorga una segunda suerte de vivir lo vivido: la memoria”

Sus palabras (cuidadosamente escogidas para construir hermosos versos donde el endecasílabo nos trae ecos de nuestra mejor literatura, trabajadas para levantar poemas que van estructurando un libro lleno de musicalidad y de lucidez) nos vuelven visible la herrumbre que acumulan las monedas, esas que todos debemos entregar a cambio de nuestro viaje en busca de felicidad, amor y supervivencia, esas que miden nuestro peaje para el barquero, el Tributo de Caronte, título de la primera parte de este libro.

Aquí desgrana el autor los poemas más contundentes, raspando la superficie de lo cotidiano para revelar las claves de la condición humana, de la memoria, del tiempo,   de la duda y de la presencia inevitable de muerte y olvidos. Señalaré tan sólo algunas estupendas páginas, como las secuencias tituladas Tiempo, Transcendencia o Simulacro (donde vemos anotada nuestra íntima paradoja: “La misma meta para cada ser: / desear, perecer, ser feliz sin embargo.”) y los poemas Tránsito, La moneda, Arriba cada día en su naufragio o Hemos multiplicado los panes y los peces, con estos certeros versos finales: “en toda copa, río o cuerpo, nuestro rostro / solamente es, al fin, lo que encontramos.”

Pero también muchos de estos textos nos descubren ese reflejo oscilante de monedas antiguas bajo el agua que tantas veces tratamos de alcanzar: la belleza, encendida como una hoguera siempre, abierta en irregulares y brillantes llamas para compartir con otros.

Quizá por eso el poeta titula Arder en lo bello la segunda parte de su libro y, en ella,  incluye poemas sobre el oficio de la palabra, apuntes de lecturas y de cine, notas de viajes, esbozos de paisajes revividos: viaje, arte y  naturaleza.                                     Son páginas en las que los poemas nos invitan a compartir con el autor la geografía de sus pasiones. Van trazando un mapa de rutas abiertas que nos han de hacer ligero y transitable el desierto de los años, senderos que tienen en sus orillas las luces del arte: desde la pintura (con evocaciones de Munch y Boticelli), a la palabra poética (como los hermosos poemas Ultra o el dedicado a José Asunción Silva), desde el mundo de sueños del cine (en sus apuntes bergmannianos)  a la materialidad recordada de los paisajes que nos hace recorrer letra a letra en las secuencias que titula Hacia Santiago o en Punta Carnero, donde su voz declara: “Solo ante lo perdido, el simulacro / del recuerdo conforma sus figuras”.

En este tiempo de monedas regulares y perfectas, desde las que ya no nos mira el retrato de un hombre sino que se levanta un frío esquema arquitectónico (que pretendiendo ser puente tantas veces acaba siendo atadura o lastre), Carlos Vaquerizo nos devuelve en este libro la antigua moneda del animal humano que somos, la frágil moneda del yo, la ardiente moneda del nosotros, para que, al encontrase su sinceridad poética con nuestra mirada de lectores contemporáneos, la balanza final se incline del lado de la belleza y la poesía nos sirva de armamento cuando hagamos, como escribe él, “un último intento de eludir / el péndulo implacable de la muerte”.