De rama en rama
Tacto, gusto, olfato, vista y oído... Todos los sentidos despiertan en este libro donde las plantas son las protagonistas, en complicidad con los niños lectores. Con estos versos, vamos a descubrir la fascinante fiesta de la vida que nos ofrece el mundo natural que nos rodea, ese que muchos no han tenido la oportunidad de conocer de cerca. De rama en rama es un poemario cargado de recuerdos y de memoria, es una invitación a recuperar todas esas sensaciones asociadas a la infancia que no queremos dejar olvidadas como algo ajeno a los niños y niñas "de ciudad". Encontraremos elementos naturales en los que se alberga una gran parte del folklore, así como referentes fantásticos que podremos reconocer a través de las palabras y las ilustraciones de esta hermosa obra.
Autora María del Carmen Quiles Cabrera
Ilustradora Ana Campos
Páginas 112
ISBN 978-84-18082-25-2
Encuadernación Rústica sin solapas
Dimensiones 14 cm x 21 cm
Recipiente :
* Campos obligatorios
total Cancelar
978-84-18082-25-2
Tacto, gusto, olfato, vista y oído... Todos los sentidos despiertan en este libro donde las plantas son las protagonistas, en complicidad con los niños lectores. Con estos versos, vamos a descubrir la fascinante fiesta de la vida que nos ofrece el mundo natural que nos rodea, ese que muchos no han tenido la oportunidad de conocer de cerca. De rama en rama es un poemario cargado de recuerdos y de memoria, es una invitación a recuperar todas esas sensaciones asociadas a la infancia que no queremos dejar olvidadas como algo ajeno a los niños y niñas "de ciudad". Encontraremos elementos naturales en los que se alberga una gran parte del folklore, así como referentes fantásticos que podremos reconocer a través de las palabras y las ilustraciones de esta hermosa obra.
Autora María del Carmen Quiles Cabrera
Ilustradora Ana Campos
Páginas 112
ISBN 978-84-18082-25-2
Encuadernación Rústica sin solapas
Dimensiones 14 cm x 21 cm
Atención: ¡Últimas unidades!
Fecha de disponibilidad:
IV LA ALZABARA
Quería llegar al cielo,
quería tocar las nubes.
Le decían las estrellas:
¡Sube, sube, sube, sube!
Alargó tanto su brazo
que creció fina y delgada.
Una escalera de flores
me ha tendido la alzabara.
Faro y torre a la que subo
en las noches de verano,
con mis sueños en la playa
y un desierto en mis zapatos.